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4/12/11

El olor de las tiendas de instrumentos musicales

Entro, escaneo todo muy rápido. Quiero mirarlo todo antes de que se acerque el encargado y tenga que poner mi cara interesante, y empezar a hablar de “washunbranjus” de las que no tengo idea, y “flusfhensh” que no conozco, o no sé para qué sirven. No quiero que piense que perderá el tiempo conmigo.

El problema es que hay tanto niño que entra a preguntar por preguntar, o a pasearse dentro para lucirse, que pocos te atienden ahora en esos sitios como me gustaría.

Lo olores del plástico nuevo, el cuero y demás, suelen gustar. Pero cuando pasas a la salita de los instrumentos de cuerda: “Mmm.” Huele a gloria.

Nota: toco fatal. Cuando me va poniendo guitarras en las manos y me dice que la pruebe, muero de la vergüenza.
Pero mi guitarra es azul, y huele muy rico. Y es mía.